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El microbioma de la piel

En nuestra piel viven miles de millones de microorganismos. El conjunto de todos estos organismos, cuyo hábitat es nuestra piel, se denomina microbioma cutáneo.

 

¿Qué es exactamente el microbioma cutáneo?

Los microorganismos de la piel viven en un equilibrio ecológico bien establecido. Por tanto, el microbioma cutáneo contribuye de forma importante a la salud de la piel. Sin embargo, la contaminación ambiental y un estilo de vida poco saludable pueden desequilibrar el microbioma.

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La biodiversidad es buena para la piel

La biodiversidad también es importante a pequeña escala. El microbioma de una piel sana, por ejemplo, es extremadamente rico en una gran variedad de organismos que viven en un equilibrio dinámico. Si algunas especies desplazan a otras y se descontrolan, se producen alteraciones e inflamaciones cutáneas. A la inversa, la inflamación de la piel también puede alterar el equilibrio del microbioma.

 
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El pH 5,5 mantiene el equilibrio

El pH ligeramente ácido de la barrera protectora de la piel es importante para el equilibrio del microbioma cutáneo. Con sus fórmulas e ingredientes suaves y pH de 5,5, los productos Sebamed pueden ayudar a mantener y estabilizar la biodiversidad y vitalidad del ecosistema propio de esta piel de forma natural. Esto es especialmente importante para la piel sensible, que es particularmente susceptible a las alteraciones, así como para los bebés y niños pequeños cuyo microbioma cutáneo aún se está desarrollando o cambiando. Pero también es crucial cuando estamos expuestos a grandes tensiones internas y externas.

 

¿Qué microorganismos viven en la piel?

Las bacterias

Las bacterias están formadas por una sola célula, por lo que son diminutas. Cada célula bacteriana puede hacer todo lo que necesita para vivir por sí sola. Estos microorganismos tienen todo tipo de formas: esferas, bastoncillos, espirales. Están en el aire, en el suelo, en el agua y también en cualquier parte de nuestro cuerpo.

  • Staphylococcus epidermis: el todoterreno

    Esta bacteria está muy extendida en la piel y se adapta bien al medio ligeramente ácido. Ayuda a desplazar las bacterias potencialmente peligrosas y, al mismo tiempo, entrena a nuestro sistema inmunitario para luchar contra los agentes patógenos.

  • Staphylococcus aureus: el villano

    Afortunadamente, esta bacteria rara vez se encuentra en la piel sana, ya que no le gusta el entorno natural ligeramente ácido. Sin embargo, en caso de inflamación, sobre todo de dermatitis atópica, se propaga y la mantiene.

  • Staphylococcus homidis/lugdunensis - el aliado

    Esta bacteria cutánea, también muy extendida, trabaja junto con las células de la piel para mantener a raya al villano staphylococcus aureus.

  • Cutibacterium acnes - el doble cara

    Por un lado, estos protozoos, también conocidos como bacterias del acné, adoran las pieles grasas, se alimentan de sebo y pueden provocar brotes inflamatorios. Por otro lado, también son útiles en la lucha contra el estafilococo aureus. Se sienten más cómodos con un pH neutro que con uno ligeramente ácido.

  • Corynebacterium striatum - la maloliente

    Esta bacteria con forma de garrote vive en el clima cálido y húmedo de las axilas, donde transforma los componentes inodoros del sudor en compuestos sulfurosos picantes.

  • Bacterias lácticas: el poder ácido

    Como su nombre indica, este gran grupo de bacterias produce ácido láctico, manteniendo la piel ácida. Esto, a su vez, inhibe los agentes patógenos. Esto también protege la vagina, por ejemplo, de forma naturalmente eficaz.

Hongos

Los hongos forman su propio "reino", como los reinos animal y vegetal. Por eso varían en tamaño desde los microscópicos, como los hongos levaduriformes, hasta el mayor organismo del mundo, un hongo de la miel de Oregón, que ocupa una superficie de 9 metros cuadrados. También tienen formas muy diferentes de existir. Los más conocidos son los patógenos, incluidos los que viven en la piel. Sin embargo, los investigadores siempre están preparados para las sorpresas.

  • Malassezia furfur - el descamador

    A esta levadura le encanta el sebo y aprovecha sin piedad las deficiencias inmunitarias para multiplicarse en el cuero cabelludo, las cejas, la barba y la zona del pecho, provocando inflamación con descamación, picor y enrojecimiento.

  • Candida albicans - la testaruda

    El pie de atleta no es lo único que puede hacer este hongo levaduriforme: también le gusta infectar la zona genital, donde provoca secreciones, o incluso la boca y la lengua, donde da lugar a lo que se conoce como candidiasis oral.

Ácaros

Los ácaros son animales, más concretamente arácnidos de 8 patas, pero con una variedad mucho mayor de estructuras corporales y patrones de vida. Los ácaros de la piel son bastante pequeños -0,1 cm-, pero mucho mayores que los demás organismos del microbioma cutáneo. Entre los ácaros, las especies dañinas son también las más llamativas y, por tanto, las mejor investigadas. Sin embargo, al menos algunas de ellas tienen su lado bueno, si se observan con detenimiento.

  • Demodex foliculorum - el agente encubierto

    Suele pasar desapercibido, pero no siempre es inofensivo. Se sospecha que este ácaro del folículo piloso, de apenas 0,3 mm de tamaño, es al menos una de las causas de una enfermedad cutánea muy molesta y desagradable: la rosácea.

 
 
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Preguntas frecuentes sobre el microbioma cutáneo

  • ¿Qué factores influyen en el microbioma cutáneo?

    En cierto modo, todo está conectado entre sí, cuando se trata del microbioma de la piel: La herencia, el sexo, la edad, la salud general, el estado hormonal, la dieta y el estilo de vida influyen tanto como el clima, la contaminación atmosférica, la calidad del agua y el sol. Todo ello influye en la función de barrera natural de la piel, especialmente en lo que se refiere a la protección contra la deshidratación y las influencias medioambientales nocivas. El microbioma de la piel reacciona a los cambios de las condiciones de vida; si estos cambios son excesivos o demasiado intensos, el ecosistema del microbioma se desequilibra. Esto afecta a la propia protección de la piel y pone en peligro su salud. Estabilizar la barrera protectora de la piel y el microbioma cutáneo hace que la piel vuelva a ser resistente a las influencias internas y externas. El objetivo del cuidado medicinal de la piel con Sebamed es, por lo tanto, fortalecer y promover la salud de la piel apoyando la función de barrera y el equilibrio del microbioma.

  • ¿Cómo puedo cuidar mi piel correctamente?

    La limpieza de la piel es una parte indispensable de nuestras vidas. Eliminamos la suciedad, el sudor, el sebo, las células muertas de la piel, innumerables microorganismos y sus productos metabólicos, a veces malolientes e incluso perjudiciales para la piel. Estar limpio y fresco no solo significa sentirse bien, sino también protegerse contra las enfermedades, siempre que no se altere el delicado equilibrio de la piel. De lo contrario, puede provocar deshidratación, irritación, alergias y una mayor propensión a las infecciones cutáneas. Por lo tanto, se aplica lo siguiente: No limpie la piel con demasiada frecuencia, durante demasiado tiempo, con demasiado calor y, sobre todo, no lo haga con productos excesivamente agresivos. Los productos Sebamed sin jabón, con un pH cutáneo saludable de 5,5, protegen la función de barrera natural de la piel frente a la deshidratación y la irritación, al tiempo que mantienen el microbioma cutáneo en un equilibrio saludable.

  • ¿Cuál es la relación entre la capa protectora natural de la piel, el pH 5,5 y el microbioma cutáneo?

    Un microbioma cutáneo equilibrado requiere estructuras cutáneas intactas y una piel que funcione bien, que compense y repare rápidamente los pequeños trastornos y daños gracias a su propia capacidad regenerativa. Si la piel tiene la cantidad adecuada de grasa y humedad y una fuerte barrera protectora, alberga numerosos microorganismos. Forman el microbioma cutáneo, extremadamente rico en especies, que contribuye a la salud de la piel en un equilibrio ecológico estable. El pH ligeramente ácido de la piel contribuye a la función de barrera y favorece el equilibrio del microbioma. Se ha demostrado que el cuidado de la piel con pH 5,5 ayuda a estabilizar la capa protectora de la piel y, por tanto, a mantener tanto la función de barrera como el equilibrio ecológico de la piel.